Una advertencia contra el chisme.
- Gerry Acuña
- 27 ene 2018
- 2 Min. de lectura
2 Samuel 1
El chisme es uno de los pecados mas viejos que existen, tan pronto como el hombre empezó a hablar también comenzó a hablar falsedades contra su prójimo, el falso testimonio o chisme es uno de los pecados mas terribles que se siguen practicando dentro de nuestras iglesias, somos tajantes e implacables cuando alguien más se equivoca (especialmente cuando los que se equivocan son nuestros pastores y lideres), somos duros e intolerantes contra los pecados sexuales tales como el adulterio, la fornicación o el homosexualismo, pero somos tolerantes contra el chisme, la mentira, la difamación y otros muchos pecados, incluso muchas personas se sienten con el compromiso de esparcir estas mentiras con la falsa bandera de “yo tengo que decir la verdad” y otros participamos abrazando estos rumores y premiamos a aquellos que nos lo hacen llegar.
En la historia de hoy no se menciona ni siquiera el nombre del chismoso, quizá el escritor no quiso darle importancia al nombre de una persona que no merecía ni siquiera ser mencionada, lo que si hace es mencionar su terrible final para recordarnos que TODOS los pecados tienen el mismo fin, no hay pecado grande ni chico, todos tienen el mismo potencial destructivo y su premio en común es la muerte (1 Corintios 6:9-10 y Apocalipsis 22:15).
En medio de esta terrible advertencia Dios también nos pone un ejemplo como el de David, un hombre que demostró el perdón hacia Saúl no solo con el hecho de dolerse por su muerte, además de todo, hiso un poema mediante el cual resaltaba las cualidades de su perseguidor e incitó a través del mismo a todo del pueblo de Israel de no hablar mal, ni de seguir esparciendo chismes sobre Saúl, !que hermoso contraste entre un hombre de Dios y uno que se inventó una historia con fines de obtener un placer egoísta, aprendamos de David, un hombre que no solo era digno de la realeza por su heroísmo, sino que además, a estas alturas de su vida estaba demostrando porqué Dios había dicho que era un hombre conforme a su corazón, no solo era valiente, también supo perdonar y además de todo, no estaba dispuesto a gozarse con la tragedia de la persona que lo había hecho sufrir tanto, no estaba dispuesto a aceptar ni a esparcir chismes sobre él, el Cristiano no demuestra su realeza declarando y profetizando su grandeza, el Cristiano demuestra su realeza perdonando y frenando su lengua en contra de sus hermanos.
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