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Como tener familias sanas 3

  • Foto del escritor: Gerry Acuña
    Gerry Acuña
  • 3 jun 2020
  • 5 Min. de lectura

Efesios 6:15-17

Las relaciones personales son una batalla continua, son complejas y hermosas, Dios nos ha dado las herramientas necesarias para poder tener relaciones sanas y así poder tener matrimonios y familias sanas. La semana pasada comenzamos por enfocarnos en el verdadero enemigo, nuestra lucha no es contra la persona, nuestra lucha es espiritual, por nuestros seres queridos y por nuestra propia condición, aprendimos los primeros dos principios de una relación saludable, la verdad (integridad) y la coraza de la justicia de Dios, confiar en que Dios ya nos ha perdonado. El día de hoy seguiremos conociendo las armas que Dios nos ha dado para poder tener relaciones sanas y por consiguiente, familias sanas.

I. El calzado del evangelio de la paz.

No hay relación que no tenga conflictos, las relaciones tienen sus altas y sus bajas, por más que te lleves bien con tu pareja, tus hijos o tus amigos siempre llegaran algún momento de conflicto. Esto se debe a nuestra naturaleza pecaminosa, pero el cuarto elemento de esta armadura espiritual que Dios nos ha dado es el calzado del evangelio de la paz, la paz le da estabilidad a las relaciones, es por medio de la paz que podemos tener los pies bien puestos sobre la tierra, Dios es un Dios de paz, Cristo es el príncipe de paz y nosotros debemos practicar la paz. Cristo vino para que pudiéramos reconciliarnos con Dios, el pecado rompió esa relación con nuestro padre, pero es a través del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo que podemos tener paz para con Dios.

Romanos 5:1 Por lo tanto, ya que fuimos hechos justos a los ojos de Dios por medio de la fe, tenemos paz con Dios gracias a lo que Jesucristo nuestro Señor hizo por nosotros.

Nuestro deber como hijos de Dios es buscar la paz con nuestros amigos y hermanos en la fe, especialmente con nuestra esposa y nuestros hijos. Mateo 5:9 dice que la bendición de aquellos que buscan la paz es que serán llamados hijos de Dios, es decir, demostramos que somos hijos de Dios cuando buscamos reconciliarnos con nuestros amigos, hermanos y familiares. No esperes a que ellos te pidan perdón, no esperes a que la persona con la que tuviste algún conflicto tome la iniciativa, recuerda que Dios tomo la iniciativa para reconciliarse con nosotros aunque nosotros éramos los que le habíamos ofendido en primer lugar.

Romanos 5:8 pero Dios mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.

II. El escudo de la fe.

Esta arma es un arma de defensa, por medio del escudo de la fe podemos detener todas las flechas de fuego que el enemigo lanza contra nosotros. Ya definimos la vez pasada que nuestra lucha no es contra carne ni sangre, entonces nuestra lucha es espiritual, esas flechas son espirituales, son pensamientos de temor, de desanimo y de duda que llegan a nuestros corazones, cuando sientes que tu matrimonio no tiene esperanza, cuando sientes que tus hijos no tienen esperanza, cuando tu mente se llena de celos, de ira o de ansiedad, debes recurrir al escudo de la fe para detener todas esas flechas que están penetrando en tu cabeza. Usa el escudo de la fe, cree que en Cristo hay esperanza para tu matrimonio, que en Cristo hay esperanza para tus hijos, que en Cristo hay esperanza para tu sociedad, cree en las promesas de Dios, aférrate fuerte mente a su palabra, la fe no es dar un salto al vacío, la fe es saltar porque tenemos la convicción de que de bajo de nosotros está la mano poderosa de nuestro Dios.

Marcos 9:20-24 Así que se lo llevaron. Cuando el espíritu maligno vio a Jesús, le causó una violenta convulsión al muchacho, quien cayó al piso retorciéndose y echando espuma por la boca. —¿Hace cuánto tiempo que le pasa esto? —preguntó Jesús al padre del muchacho.

—Desde que era muy pequeño —contestó él—. A menudo el espíritu lo arroja al fuego o al agua para matarlo. Ten misericordia de nosotros y ayúdanos si puedes. —¿Cómo que “si puedo”? —preguntó Jesús—. Todo es posible si uno cree. Al instante el padre clamó: —¡Sí, creo, pero ayúdame a superar mi incredulidad!

Tenemos que entender que Para Dios no hay nada imposible, aquel hombre desesperado por la condición de su hijo le dijo a Jesús: ayúdanos si puedes. Jesús se sorprende de la frase y dice: ¿Cómo que si puedo? El texto no lo dice, pero puedo imaginar a Jesús pensando, ¿Cómo se atreve a preguntar si puedo? Claro que puedo. En nuestras relaciones el problema no se encuentra en la falta de poder de Dios, se encuentra en la falta de fe que tenemos.

III. El casco de la salvación.

Finalmente Pablo nos menciona el ultimo armamento defensivo de esta poderosa armadura (la próxima semana veremos las armas ofensivas que Dios nos ha dado) El saber que somos personas salvadas por Dios nos ayuda a cubrir nuestros pensamientos, Proverbios 4:23 dice: sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida. Nuestra manera de pensar determina la manera en la que vivimos, nuestra manera de pensar determina la calidad de nuestras relaciones, es decir, si tenemos siempre en cuenta en nuestra cabeza que somos personas salvadas por Dios por medio de nuestro señor Jesucristo, nuestros pensamientos estarán de acuerdo a una persona salva y viviremos como personas salvas, es decir, perdonaremos mas, amaremos mas, cuidaremos mas lo que decimos, viviremos como personas dignas de la salvación que Dios nos ha dado.

Cubre tus pensamientos con el casco de la salvación Filipenses 4:8 dice: Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza. No dejen de poner en práctica todo lo que aprendieron y recibieron de mí, todo lo que oyeron de mis labios y vieron que hice. Entonces el Dios de paz estará con ustedes.

Para poder tener relaciones sanas trabaja en tus pensamientos, lleva todo pensamiento a Dios, pregúntate siempre antes de hacer cualquier cosa si lo que estas pensando en hacer honra a Dios, si lo que haces es digno de una persona salva. Martin Lutero dijo en alguna ocasión: no puedes evitar que los pájaros vuelen sobre tu cabeza, pero si puedes evitar que hagan nido en ella. Piensa en todo lo bello y lo admirable, en lugar de pensar en los defectos de tu pareja comienza a pensar en sus virtudes, deja de pensar que otras familias son mejores que la tuya y comienza a valorar lo que tienes, saca de tu cabeza los celos, la ira, el rencor y todo aquello que esté afectando tu relación con tu esposa y tus hijos, llénate de la presencia de Dios, cambia tu manera de pensar, cambia tu manera de vivir.

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