Perdón y lealtad.
- Gerry Acuña
- 19 may 2017
- 2 Min. de lectura
I Samuel 26
El perdón y la lealtad son dos características de reyes que se están perdiendo en nuestra sociedad contemporánea, al abuso, la venganza y la traición son el pan de cada día en nuestro violento país.
En la historia del día de hoy vemos David siendo preparado por Dios para ocupar su lugar como rey, Dios usa la vida de Saúl para pulir a David, por medio de Saúl, David pudo desarrollar dos grandes habilidades, el perdón y la lealtad.
La primera es el perdón, esta es la segunda vez que David le perdona la vida a Saúl, aun cuando éste ultimo había prometido dejar de perseguirlo en el capitulo 24, una y otra vez David tiene que aprender a esquivar lanzas, tiene que aprender a perdonar, eso me recuerda aquella ocasión en donde Pedro le preguntó a Jesús cuantas veces debía de perdonar a la misma persona que le ofende en un solo día y la respuesta de Jesús fue: setenta veces siete, es decir, siempre. El perdón es una virtud de reyes.
La segunda es la lealtad, David tuvo que desarrollar la lealtad en su preparación al trono, la lealtad a su pueblo, a su Dios y a sus lideres, yo no veo a un David desanimado que va de pueblo en pueblo o de dios en dios, no veo a David renegando de ser judío por culpa de Saúl, ni veo a David renegando de su fe en Dios por culpa de mal liderazgo de Saúl, al contrario, veo a un David que defiende a capa y espada a su pueblo a pesar de encontrarse en persecución, veo a un David que se aferra a su fe en Dios a pesar de no ver la salida y estar siempre rodeado de las asechanzas de la muerte, veo a un David honrando y respetando la vida de su liderazgo, aunque tubo la oportunidad de desquitarse y de terminar con su persecución. Es triste la clase de cristianismo en el que vivimos hoy, en donde vemos “cristianos” que van de iglesia en iglesia porque el liderazgo o las personas en general no cumplen sus expectativas, porque la alabanza no les gusta, porque las sillas son incomodas o simplemente porque no les gusta el ambiente, los cristianos del primer siglo no se preocupaban de esas cosas, eran creyentes que estaban dispuestos a dar su vida por Jesús, el creyente ha puesto en desorden la honra, primero quieren honrarse a si mismos y estar cómodos antes que honrar a Jesús y ser leales a la iglesia y a liderazgo en donde Dios los ha llamado a servir. David dejo todo en manos de Dios, tenemos que reconocer que nuestros lideres son seres humanos y que en algún momento cometerán algún error pero eso no nos da derecho a renegar de la iglesia y mucho menos de Dios. La lealtad es una virtud de reyes, Dios quiere que aprendas a perdonar y a ser leal como David, a menos que tengamos estas dos virtudes en nuestro corazón creo que difícilmente podremos proclamarnos como muchos lo hacen “reyes y sacerdotes de Dios”
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